Gran pregunta... ¿los soldados son héroes o villanos? Hay un sinfín de películas que nos los presentan como héroes, personas valientes, tenaces y con un gran sentido de la justicia. Nada más lejos de la realidad. Y voy a explicar el por qué.
¿Qué entendemos por criminal? Una de las acepciones de crimen es "el acto voluntario de matar o herir gravemente a alguien". ¿Qué diferencia moral hay en matar a un hombre a sangre fría en un barrio de Madrid que matar a 20 con una M-16 en un país extranjero? Alguien podría argumentar que el segundo está luchando por una causa pero si nos remontamos a los hechos ¿la guerra de Irak fue una causa justa? ¿Qué guerra en la historia de la humanidad ha sido por una causa justa? Es una evidencia que los gobiernos obedecen a fines privados y el único motivo de la guerra es el beneficio económico. Tan solo hay que ver la cantidad de dinero que mueve el negocio bélico.
Otro argumento concurrente es el de "van a otro país a proteger nuestra nación". Tenemos el caso de EE.UU en los que 42 millones de personas no tienen cobertura médica porque está complemente privatizada. Quizás antes de buscar los enemigos fuera de casa los busquemos en quién dice protegernos.
En cuánto a si los soldados son héroes o villanos eso lo dejo para la imaginación de cada uno. Si alguien quiere creerse que están para protegernos es libre de hacerlo. Y cuando lo hagan espero que nunca sean víctima de ellos.
martes, 17 de enero de 2012
miércoles, 4 de enero de 2012
Manejo de recursos eficiente VS Dinero y competencia (Parte 1)
Como seres humanos hemos peleado a lo largo de la historia por instaurar dogmas, por conquistar territorios para acaparar más recursos o por la defensa de la ideología de moda o en teoría la "más justa". No voy a entrar en el debate moral que esto implica, sería denso y podría caer en la hipocresía.
En cambio voy a hablar de algo menos teórico y más tangible. En mi observación de la realidad estudiando lo que decían otras mentes mucho más brillantes que la mía (la mía solo echa chispas de vez en cuando) puedo afirmar algo; vivimos en un sistema que no vive acorde con las leyes de la naturaleza. No hablo del ecologismo reinante en la sociedad, sino en algo más fundamental. Sólo me centraré en las leyes más básicas:
- La ley natural que implica que si no comes, mueres.
- La ley natural que implica que si no sacias tu sed, mueres.
Al fin y al cabo es lo básico para nuestra subsistencia Ésto puede parecer muy obvio pero cuando echamos un vistazo a la realidad no lo es tanto. Hay otro hecho observable en el sistema que vivimos. Vivimos en un sistema de libre mercado, donde reina la competencia y además se fomenta como una virtud. ¿Ha traído consigo la competencia estómagos llenos y bocas saciadas? Seguro que sí pero... ¿Para cuántos? Seguro que a muchos les sale una sonrisa irónica al ver la pregunta.
Lo que las personas verdaderamente necesitan no es dinero (es solo un medio) sino recursos (comida, agua, materias primas...). Unos recursos supuestamente escasos que intercambiamos bajo el sistema de competencia y con el dinero como mediador. Por esta razón hemos etiquetado el dinero tachándolo de semidiós del Olimpo, intocable. Es cierto que el dinero está presente en casi todos los ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, no debemos olvidar que el dinero no vino del cielo y no crece de las plantas, es una invención humana que puede ser mejorada e incluso sustituida por alguna invención más eficiente.
Así como el dinero dejo atrás el trueque, no es descabellado (aunque rompa con la opinión mayoritaria) que algo pueda dejar de lado el dinero. Podemos seguir pensando que el problema lo tiene el político de turno o el empresario déspota incluso podemos despotricar contra ellos como si no hubiera mañana pero quizás, sólo quizás, el problema que subyace detrás de todo no está en éste o en el otro sino en el sistema que utilizando el dinero propicia ese tipo de comportamiento.
En cambio voy a hablar de algo menos teórico y más tangible. En mi observación de la realidad estudiando lo que decían otras mentes mucho más brillantes que la mía (la mía solo echa chispas de vez en cuando) puedo afirmar algo; vivimos en un sistema que no vive acorde con las leyes de la naturaleza. No hablo del ecologismo reinante en la sociedad, sino en algo más fundamental. Sólo me centraré en las leyes más básicas:
- La ley natural que implica que si no comes, mueres.
- La ley natural que implica que si no sacias tu sed, mueres.
Al fin y al cabo es lo básico para nuestra subsistencia Ésto puede parecer muy obvio pero cuando echamos un vistazo a la realidad no lo es tanto. Hay otro hecho observable en el sistema que vivimos. Vivimos en un sistema de libre mercado, donde reina la competencia y además se fomenta como una virtud. ¿Ha traído consigo la competencia estómagos llenos y bocas saciadas? Seguro que sí pero... ¿Para cuántos? Seguro que a muchos les sale una sonrisa irónica al ver la pregunta.
Lo que las personas verdaderamente necesitan no es dinero (es solo un medio) sino recursos (comida, agua, materias primas...). Unos recursos supuestamente escasos que intercambiamos bajo el sistema de competencia y con el dinero como mediador. Por esta razón hemos etiquetado el dinero tachándolo de semidiós del Olimpo, intocable. Es cierto que el dinero está presente en casi todos los ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, no debemos olvidar que el dinero no vino del cielo y no crece de las plantas, es una invención humana que puede ser mejorada e incluso sustituida por alguna invención más eficiente.
Así como el dinero dejo atrás el trueque, no es descabellado (aunque rompa con la opinión mayoritaria) que algo pueda dejar de lado el dinero. Podemos seguir pensando que el problema lo tiene el político de turno o el empresario déspota incluso podemos despotricar contra ellos como si no hubiera mañana pero quizás, sólo quizás, el problema que subyace detrás de todo no está en éste o en el otro sino en el sistema que utilizando el dinero propicia ese tipo de comportamiento.
jueves, 29 de diciembre de 2011
El dilema cristiano de la homosexualidad
Existe actualmente una tendencia en algunos sectores religiosos y no tan religiosos de la sociedad en buscar razones científicas para catalogar la homosexualidad como una enfermedad. Uno pensaría que sería más útil buscar razones científicas para demostrar la existencia de Dios en vez de contradecir (penosamente) a la comunidad científica internacional pero en fin... la ciencia es buena cuando conviene.
En primer lugar nadie, absolumente NADIE elige por quién sentirse atraído. Yo como heterosexual no elijo de que mujer me siento atraído. De la misma forma el ser humano cuando nace y se desarrolla no elige a que sexo se quiere follar.
En segundo lugar es irrelevante si la homosexualidad es por causa genética o si es condicionada en cuánto a que te permita ser feliz. Las enfermedades son un obstáculo para alcanzar la felicidad, la homosexualidad no tiene por qué.
En tercer lugar y más importante. El científico experimenta y luego expone los hechos. No puedes decir "la homosexualidad es una enfermedad" y luego buscar desesperadamente datos que respalden la idea. Es algo así como decir "Dios existe" sin que se haya demostrado. Es la antítesis del método científico.
Me despido con un regalito para los rockeros:
En primer lugar nadie, absolumente NADIE elige por quién sentirse atraído. Yo como heterosexual no elijo de que mujer me siento atraído. De la misma forma el ser humano cuando nace y se desarrolla no elige a que sexo se quiere follar.
En segundo lugar es irrelevante si la homosexualidad es por causa genética o si es condicionada en cuánto a que te permita ser feliz. Las enfermedades son un obstáculo para alcanzar la felicidad, la homosexualidad no tiene por qué.
En tercer lugar y más importante. El científico experimenta y luego expone los hechos. No puedes decir "la homosexualidad es una enfermedad" y luego buscar desesperadamente datos que respalden la idea. Es algo así como decir "Dios existe" sin que se haya demostrado. Es la antítesis del método científico.
Me despido con un regalito para los rockeros:
miércoles, 28 de diciembre de 2011
La teoría Cayenne
Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia, esto es puro humor
La teoría Cayenne expone que cuánto menos sepas de algo, más expuesto estarás a las burlas de los colegas que si saben. La teoría nace en un muelle deportivo de una isla que llamaremos "la isla de los colegas necios":
En la isla de los colegas necios viven dos personas que a pesar de sus limitaciones mentales han sabido hacerse hueco en el mundo laboral. Sus nombres son Bread y Florecilla. Un día iban caminando torpemente por un muelle deportivo con otro colega llamado Monigote (un chico con cuerpo de muñeco) y éste se quedó extrañado por un coche que se detuvo (era un Porsche modelo Cayenne). Monigote haciendo gala de su ignorancia en cuánto a coches afirmó:
- ¡Anda, un coche marca Cayenne! ¡No sabía que existía! - dijo balaceando su brazo de muñeco.
Bread y Florecilla empezaron a reirse y a burlarse de Monigote. Monigote no sabía que Cayenne era un modelo de Porsche, no una marca. Era costumbre de Bread y Florecilla molestar a Monigote pero esta vez colmaron su paciencia. Desde entonces Monigote no ve el día de vengarse, en las sombras de sus dos compañeros de batalla...
MORALEJA: COMO LOS MOMENTOS CON TUS COLEGAS, NO HAY NADA.
domingo, 25 de diciembre de 2011
El mito del fracaso
Dicen que cuando luchas por conseguir aquello que deseas y no lo consigues has fracasado. ¡Falso! Lo explicaré con un ejemplo:
Obviamente el bebé se va a sentir feliz de lograrlo, es lo que convencionalmente se entiende por éxito. Y lo que buscamos con el éxito es la felicidad, el fin último de nuestra existencia. En cambio cuando el bebé tropieza y cae en su intento se sentirá mal, es lo que convencionalmente se entiende por frustración y pasamos toda nuestra vida gestionándola. Uno de los pilares fundamentales para alcanzar la felicidad es manejar la frustración, por tanto:
En resumen, llamar fracaso a algo que puedes sacar experiencias productivas es erróneo. Si hay que llamar fracaso algo es a la inacción, a no luchar por tus miedos, a no pelear por superar tus barreras mentales... en definitiva a no vivir.
Observemos el bebé que lucha por caminar. La meta es llegar a sus padres. Es la primera vez que lo intenta y lo va a hacer torpemente. Pero al final perseverando logra hacerlo.
Obviamente el bebé se va a sentir feliz de lograrlo, es lo que convencionalmente se entiende por éxito. Y lo que buscamos con el éxito es la felicidad, el fin último de nuestra existencia. En cambio cuando el bebé tropieza y cae en su intento se sentirá mal, es lo que convencionalmente se entiende por frustración y pasamos toda nuestra vida gestionándola. Uno de los pilares fundamentales para alcanzar la felicidad es manejar la frustración, por tanto:
No hay ninguna experiencia en la vida de la que no se pueda sacar algo, si no no se llamaría experiencia. De hecho en el comúnmente llamado 'fracaso' hay mucho de éxito. El 'fracaso' implica el haberlo intentado que ya es un logro. Y fallar te da la información vital de descubrir una manera de cómo NO se hace algo. si hay 100 posibilidad para un logro el haber fallado te dice que tienes una menos por comprobar.
En resumen, llamar fracaso a algo que puedes sacar experiencias productivas es erróneo. Si hay que llamar fracaso algo es a la inacción, a no luchar por tus miedos, a no pelear por superar tus barreras mentales... en definitiva a no vivir.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Argumentando con fantasmas
Muchas veces nos encontramos a personas que ponen en nuestra boca afirmaciones basadas en suposiciones absurdas. La forma más eficaz de mejorar la comunicación entre las personas es elaborar preguntas antes de llegar a las conclusiones.
Por ejemplo: El color preferido de Juan es el rojo por lo tanto su coche tiene que ser rojo. En este caso estamos dando por hecho que el coche de Juan es rojo porque le encanta ese color y eso puede llevarnos a equívocos. Por lo tanto, la mejor forma de averiguarlo es preguntarle a Juan de qué color es su coche o demostrar que su coche es rojo. Este vídeo lo aclara estupendamente:
martes, 20 de diciembre de 2011
¿Todas las opiniones son respetables?
Hay una idea muy instaurada en la memoria colectiva de la sociedad que afirma que todas las opiniones son respetables. ¿Qué hay de cierto en eso? Si aceptamos esa afirmación tendríamos que respetar cualquier idea por muy descabellada que sea. Esto puede servir de excusa para hacernos convivir con ideas tan absurdas como el nazismo o apoyar otras ideologías racistas como el Ku Klux Klan. Y todo esto sucede por la imperiosa necesidad de nuestra "democracia" de aceptar una pluralidad de ideas sin límites sin saber que tarde o temprano ello nos hace caer en la contradicción más absurda.
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